Estudiar filosofia

¡Estudiar y estudiar!
decían los padres mientras levantan en forma de amenaza y muy efusivamente su puño, frunciendo el entrecejo como en la terribilidad del David. Mas estudiar algo que de dinero, decían desde la virtud de su alma racional…
Todos abandonan las grandes virtudes y se decantan por lo socialmente fácil, ¿Cómo se te ocurre estudiar, hijo mío, filosofía en tiempos de crisis? ¿No te das cuenta querida bala muy perdida que la idea de tener un trabajo relacionado con lo “tuyo” será tan ilusoria como que España gane Eurovisión?
Enajenado y furioso dijo el hijo a la madre: Estimada progenitora, mientras permanecía roncando en el sofá después de observar las grandilocuentes verdades de la Esteban algo extraño ocurrió. En esos momentos oníricos se me apareció el del medio de los presocráticos y me dijo que en la otra vida había sido en estoico.
La madre, en un estado de furia desmedida pensando que el estoico era una nueva clase de droga, aconsejo a su hijo hacer fontanería, que era donde realmente estaba el futuro. O de lo contrario derecho, ya que las series de abogados le tiraban mucho.
Pero el hijo decidió hacer filosofía con muchos propósitos en mente, y este se preguntaba… ¿Acaso hay algún epígrafe del I.A.E que contemple la posibilidad de ser filósofo? Con qué finalidad se prepara uno si luego no puedes poner tu local con un neón que indique: FILOSOFÍA KANTERIANA, se hacen todo tipo de proposiciones. ¿Qué tipo de negocio es ése? ¿Se ponen unos sofás para cuestionarte cositas? Un momento, si añadimos un camarero tal vez no sea mala idea. Y se dijo a sí mismo: ¡Seré un revolucionario!
Y se atrevió, y consiguió ser filósofo. Por si a caso hizo un FP de Fontanería, pero sin escuchar los consejos de los demás consiguió estudiar lo que él deseaba. ¿Y quién sabe?, algún día podrá cambiar la humanidad, o hasta simplemente podrá conseguir cambiar su propia realidad. Porque como dijo cierto filosofo de cuyo nombre no quiero acordarme, “la filosofía ayuda a que no nos timen en la vida”.